viernes. 29.03.2024

Ese aparato está hecho de silicona y cristal y sirve para hacer masajes al vacía, succionando la piel a la vez que la masajeamos. SU origen se encuentra en la medicina china, de una terapia llamada cupping. Es un remedio para algunos problemas de salud o estéticos, como la celulitis.

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La celulitis es una acumulación de toxinas, grasa y agua y, por lo tanto, la ventosa viene genial para eliminarla, ya que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y linfática, deshaciendo esos nódulos. Los resultados son una piel más tersa, ya que ayuda a movilizar la grasa y a llevar el oxígeno a la capa más superficial de la piel.

Existen ventosas anticelulíticas manuales o eléctricas. Si optamos por las manuales, lo ideal es comprarlas de cristal, puesto que son más fáciles de mantener y de limpiar.

Para utilizarlas debemos preparar nuestra piel con una crema hidratante o aceite para que resbale sin problemas por la piel y nos sea más fácil y cómodo. Debemos masajear de forma ascendente, siguiendo el sentido de la circulación, un mínimo de 5 minutos en cada zona del cuerpo que lo utilicemos. No hay que alarmarse si la piel se enrojece, es algo muy normal al realizar el masaje.

La terapia se puede realizar unas 3-4 veces por semana. Los resultados no se ven instantáneamente, si no que debemos ser constantes para ver un cambio. A partir de los 21 días del tratamiento observaremos cómo nuestra celulitis ha disminuido.

Ventosa anticelulítica: ¿funciona realmente?