sábado. 27.04.2024

El momento en el que los padres permiten que sus hijos tengan su propio teléfono móvil es un hito temido, y cada vez más padres optan por retrasarlo hasta los 16 años. Si bien este dispositivo les brinda acceso al mundo, también los expone a peligros, por lo que es crucial guiarlos en esta experiencia, establecer límites claros y proteger su seguridad.

Es esencial controlar tanto los contenidos como los tiempos de uso del dispositivo. Cada vez hay más opciones para establecer estos límites, desde acuerdos con el menor hasta controles parentales que permiten a los padres monitorear y regular el uso del teléfono.

Para los usuarios de Android, una herramienta completa es Google Family Link, que permite controlar remotamente el dispositivo de los niños. Permite monitorear el tiempo de pantalla, limitar el uso de aplicaciones, bloquear contenido inapropiado en la tienda de aplicaciones y más. Ambos dispositivos deben tener la aplicación instalada y configurada correctamente.

Además, Google Family Link ofrece la opción de activar el historial de ubicaciones, lo que brinda a los padres la capacidad de rastrear el dispositivo y supervisar las actividades del niño. También permite establecer límites de tiempo de uso, hora de dormir, controlar las aplicaciones instaladas y bloquear las inapropiadas.

Para los dispositivos iOS, Apple incorpora su propio sistema de control parental en el software. Desde los ajustes, los padres pueden establecer restricciones de tiempo de pantalla, bloquear contenido web y restringir búsquedas para garantizar un entorno seguro para sus hijos.

Estas herramientas hacen que el proceso de introducción del teléfono móvil sea más sencillo para los padres y más seguro para los niños y adolescentes. Si los padres prefieren seguir compartiendo su propio dispositivo con sus hijos, pueden crear un usuario separado con acceso limitado a las aplicaciones deseadas.

¿Cómo activar el control parental del móvil de tu hijo?