jueves. 25.04.2024

El Camp Nou siempre se había caracterizado por ser un campo donde los equipos modestos soñaban con jugar por ser el más grande de España y por enfrentarse al poderoso F.C Barcelona. Un fortín donde sacar un solo punto como visitante parecía un milagro. Milagro que parece haberse vuelto realidad desde la llegada de Xavi.

El Rayo Vallecano, como lo hizo anteriormente el Cádiz en liga y el Eintrach de Frankfurt en la Europa League, venció anoche en el Camp Nou al F.C Barcelona. Un conjunto blaugrana sin alma, muy previsible y que acabó con 6 delanteros lanzando centros al área para que sonara la campana y al menos rascar un empate.

El partido comenzaba con un jarro de agua fría para los culés, pues no pasó mucho tiempo desde el saque inicial, menos de 10 minutos, para que el Rayo demostrase que clase de equipo era, adelantándose en el marcador. En un grandísimo desmarque de Álvaro García a la espalda de la defensa culé, Isi filtró un pase bombeado para que el extremo sevillano del Rayo, con gran calidad, la controlase con el pecho y, con pierna derecha, batiera por el palo corto a Ter Stegen.

El Barcelona quedó impactado por el gol, de la misma manera que el Camp Nou, el cual se enmudeció durante unos instantes, para luego comenzar a pitar la celebración del rival e intentar animar a su club a por el empate. En el Barcelona, la posesión del balón es esencial, pues sin balón el Barcelona sufre, pero en los últimos partidos el conjunto de Xavi demuestra que les falta un poco más de velocidad en la circulación y de creatividad. Desde la baja de Pedri, los de Xavi se ven lentos con el balón y carentes de chispa.

Frenkie de Jong fue el claro ejemplo de lo que anoche fue el Barcelona, superado y defendido continuamente por los mediocentros del Rayo que, defendiendo en bloque medio, no dejaban pases entre líneas, defendiendo de manera espectacular, para con cualquier robo salir a la contra con la velocidad de su banda izquierda. La primera parte pasó sin pena ni gloria para los de Xavi que, necesitaban algo más.

Y ese algo más tan importante lo iban a otorgar ¿Lenglet y Piqué? Xavi puso a calentar a los centrales y quitó la velocidad imprecisa de Serginho Dest, para meter a Araujo de lateral derecho y a Lenglet de central a la segunda parte, jugando con 3 centrales el Barcelona, sumando la salida del salvador culé, Luuk de Jong. En definitiva el Barcelona dejó claro que en la segunda parte iba a, sorpresa, lanzar balones al área a la desesperada.

Dembelé en la izquierda no es tan peligroso como en la derecha y ya lo vimos contra el Cádiz. Con las nuevas entradas los centrales del Rayo y su portero se dieron un recital de despejar balones que llovían sobre el área rayista, sin encontrar peligro real. Mientras que el Rayo, con muy poco, conseguía mucho. Un robo, dos pases, una carrera veloz por banda y ya sacaban un córner o disparo cerca de la puerta de Ter Stegen.

El tiempo se acababa y el Rayo tiraba de picaresca perdiendo algo de tiempo, volviéndose un poco excesivo en los minutos finales, mientras el Barcelona empujaba cada vez más, tirando de orgullo y de centros al área, el ADN Barça obviamente. Ningún pase entre líneas, ni una pared, pases en horizontal siempre y balones al área, dejando mucho que desear con la buena plantilla culé o con el fútbol champagne que promete Xavi Hernández y que no está cumpliendo.

El árbitro se tomó muy en serio las pérdidas de tiempo de los visitantes y dio unos eternos 11 minutos de descuento que el Barcelona aprovecharía para meter, efectivamente, más balones al área esperando a que Lenglet o Araujo, que habían abandonado la defensa, junto a Luuk de Jong, pudieran salvar un empate. Con el Barcelona volcado en ataque el Rayo pudo haber marcado el segundo en dos ocasiones. En la primera Álvaro García se quedó solo ante metros y metros de césped que le separaban de Ter Stegen y con un carrerón cogió línea de fondo y el remate de Pathè Ciss, tras su pase a la frontal, golpeó en el palo.

El otro susto lo tuvo también el propio Álvaro García, tras la ocasión más clara del partido para el Barcelona. En un centro al área, el portero del Rayo salió a despejar, de manera equivocada, dejando libre la portería, el rechace cayó en las botas de Dembelé, que no había sido capaz de disparar a puerta en los 90 minutos. La volea del extremo francés sorteó las piernas rivales e iba a entrar en la portería, pero Catena salvó el gol bajo palos, llegando el rechace a Álvaro García que, montaría la contra y de no ser por la falta de Gavi, inteligente siendo el mejor del partido, el Rayo habría tenido una última.

Así acababa el encuentro en el ya no tan inexpugnable Camp Nou. El Rayo Vallecano se llevaba los tres puntos ante un Barcelona ya hundido que parece que ha terminado la temporada y ya mira a la siguiente, aunque aún puede quedar fuera de Champions si no espabila. Mientras tanto, el Real Madrid con empatar ante el Espanyol le sirve para coronarse campeón de liga y recibir el pasillo en el Wanda Metropolitano en el derbi madrileño.

El Camp Nou se convierte en territorio hostil para el Barcelona