El Granada CF y el Molde FK disputaban la ida de octavos de final de la Europa League. Los españoles venían de realizar una gran fase de grupos, pero se quedaron a un punto del PSV para pasar como primeros de grupo.
Los granadinos se vieron agraciados en el sorteo al tocarles el Molde, un equipo que aparentemente era uno de los rivales más asequibles a los que se podía enfrentar.
Diego Martínez, entrenador del Granada CF, no sorprendió con la alineación y salió con todo. Soldado, A. Puertas y J. Molina en ataque, el tridente goleador.
Comenzó el partido y el equipo andaluz salió a morder arriba, sin apenas dejar jugar a los noruegos. Cuando el partido parecía estabilizarse, y en el momento en el que más balón tenían los visitantes, apareció Jorge Molina.
El delantero español aprovechó el error de la zaga rival para recoger un balón y plantearse ante la portería defendida por Andreas Linde, al que batió con un disparo cruzado ante su salida.
A partir de aquí, los noruegos se volcaron al ataque. El gol de J. Molina despertó a los visitantes, que buscaron desesperadamente el gol que pusiera el empate en el marcador, ante un Granada que replegó bien y supo aguantar.
Tras el paso por vestuarios, la segunda parte arrancó con un guion parecido. Si es verdad que en los primeros minutos los andaluces intentaron mantener el balón, pero el cansancio hacia mella. El Molde atacaba cada vez con más peligro y los de Diego Martínez “achicaban aguas”.
Cuando más parecía que podía llegar el empate, el centrocampista del equipo noruego Ellingsen vio dos amarillas en apenas tres minutos y dejó a su equipo vendido. El Granada no desaprovechó la ocasión y cerró el partido.
En el minuto 75 de partido J. Molina cedía un balón a Soldado dentro del área, que con una gran volea ponía el balón directo y raso a la cepa del poste, y sentenciaba el partido con el definitivo 2-0.
Los andaluces viajaran a Noruega con un buen resultado que les coloca con pie y medio en los cuartos de final de la Europa League.
