viernes. 29.03.2024

José Miguel nunca pensó que el pasado domingo su vida iba a cambiar pasa siempre: como cada domingo, salió a dar una vuelta en bicicleta por el parque forestal urbano del monte Orgegia, en Alicante, zona que conocía muy bien. 

En su ruta, el ciclista no hizo nada diferente de lo habitual, sin embargo, en cuestión de segundos comenzó a recibir disparos de perdigones: un cazador lo confundió con un conejo y comenzó a disparar los proyectiles contra él. 

100 perdigones después, José Miguel se encuentra recuperándose en el hospital.  Desde allí ha querido mandar un mensaje de concienciación: "Espero que incidentes como este no se repitan. Se tiene que revisar el uso de espacios recreativos, bien sea para senderismo, caminar o cualquier actividad de esparcimiento, para que cuenten con normas más estrictas y se eviten estos hechos".

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A pesar del gran número de balas que ha recibido, no le han dañado ningún órgano vital, aunque sí tiene la movilidad limitada: algunos perdigones no se podrán extraer. "Me van a acompañar a lo largo de la vida y van a ser un recordatorito de los peligros que pueden haber cuando se mezclan actividades que no son compatibles".

La Policía ha abierto diligencias y remitido el informe del suceso al Cuerpo Nacional de Policía y a los juzgados para que determinen si el autor de los hechos puede haber incurrido en un delito de imprudencia.

 "Afortunadamente, esta vez me pilló a mí solo y no con mi familia o con mi hija que es con quienes suelo caminar por estos sitios, por lo que hubiera sido una desgracia mucho mayor", concluye.