Pareja que inició FIV el día de Navidad recibe a su bebé tras 11 años

Empezar un tratamiento de fertilidad en pleno día de Navidad suena a historia de película, pero a Helen Delgard y a su marido, Stephane, les pasó de verdad. Tras más de una década de intentos, la pareja ha dado la bienvenida a su primer hijo, Noah.

Lo que hace que el caso sea aún más especial es el contexto médico. A Delgard le habían avisado de que quizá no llegaría a concebir de forma natural, así que el camino hasta el embarazo estuvo lleno de paciencia, pruebas y decisiones importantes.

Ahora, con Noah ya de 14 semanas, la familia se prepara para vivir unas fiestas muy distintas. Y con un recuerdo claro: el tratamiento de FIV empezó el día de Navidad del año pasado y, solo unas semanas después, llegó la sorpresa.

  1. Once años de intentos y un historial médico complejo
  2. De la cirugía a la clínica de fertilidad en Bristol
  3. Un embarazo con susto y un final feliz

Once años de intentos y un historial médico complejo

La pareja empezó a buscar un bebé poco después de iniciar su relación en 2014. En total, han sido 11 años intentando concebir hasta poder celebrar la llegada de su hijo.

En el caso de Helen Delgard, la situación venía marcada por un historial médico complicado. Se había sometido a una cirugía abdominal en la que le extirparon gran parte del intestino, y le explicaron que, como consecuencia, quizá nunca lograría un embarazo de forma natural.

“Estaba muy enferma cuando Stephane y yo nos conocimos, así que él era consciente de mis problemas y pensamos que simplemente veríamos a dónde nos llevaba la vida”, contó Delgard al Southwest News Service de Reino Unido.

Con el paso de los años, el deseo de ampliar la familia siguió ahí. Y, aunque las dificultades eran conocidas desde el principio, el objetivo fue buscando opciones médicas a medida que avanzaba el tiempo.

De la cirugía a la clínica de fertilidad en Bristol

Tras varios años intentándolo sin éxito, Delgard pasó por una operación con la que se buscaba retirar parte del tejido cicatricial de intervenciones anteriores. Se creía que esas adherencias podían estar bloqueando las trompas de Falopio.

La intervención no cambió la situación. A partir de ahí, la pareja fue derivada a una clínica de fertilidad en Bristol para recibir ayuda especializada y valorar un tratamiento de FIV.

El paso decisivo llegó en una fecha poco habitual: el día de Navidad del año pasado. Después de iniciar el tratamiento, en enero Delgard descubrió que estaba embarazada.

La noticia, esperada durante años, llegó con alivio, pero también con prudencia. El inicio del embarazo no fue sencillo y obligó a estar muy pendientes de cualquier señal.

Un embarazo con susto y un final feliz

“Sin embargo, a pesar de toda la atención que nos había llevado hasta ese punto, me puse bastante enferma y experimenté un sangrado abundante al final de la tercera semana de embarazo, lo que nos llevó, a nosotros y al equipo médico, a anticipar que podría haber perdido al bebé”, explicó a SWNS.

El miedo se coló de lleno en un momento que debía ser alegre. La ecografía de las seis semanas se planteó con especial cuidado, intentando proteger a la pareja ante la posibilidad de una mala noticia.

“Por eso, mi ecografía de las seis semanas se realizó con la mayor delicadeza, teniendo presente nuestra posible pérdida, y la radióloga colocó la pantalla con mucha sensibilidad para que la imagen no quedara en nuestra línea de visión.”

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“Pero entonces, con una gran sonrisa, la volvió a girar y nos mostró el diminuto latido del corazón de Noah. Los dos nos derrumbamos, y el equipo también estaba llorando. Después de eso, fue un embarazo relativamente sin complicaciones y nuestro precioso niño nació a las 37 semanas, con un peso de 6 libras y 10 onzas.”

El resto de la gestación transcurrió de forma relativamente tranquila. Finalmente, Noah nació a las 37 semanas y, según el relato compartido, pesó 6 libras y 10 onzas.

“El apoyo de la clínica durante todo nuestro camino fue increíble… Damos las gracias a todo el equipo y les deseamos una muy feliz Navidad.”

Con Noah ya en casa y con 14 semanas, esta Navidad se vive de otra manera. Después de tantos años, la espera por fin se convirtió en un bebé en brazos.