Jubilado sorprende al conducir su caseta de jardín rodante a casi 200 km/h
La pasión por los vehículos motorizados puede llegar a límites insospechados, y Brian Cade es el vivo ejemplo de ello. Este jubilado británico ha convertido una simple caseta de jardín en una máquina única sobre ruedas, logrando que su creación sea no solo funcional, sino también la más veloz del planeta en su categoría. La singular estructura, diseñada para almacenar herramientas o utensilios, ha sorprendido a todos al alcanzar la increíble cifra de casi 200 km/h, un hito que la sitúa en lo más alto de los récords mundiales.
El ingenio y la determinación fueron los ingredientes principales de Cade para superar este desafío, que fue inspirado mientras disfrutaba de la mítica serie televisiva Record Breakers. En ese momento, el británico decidió llevar a la práctica su antigua aspiración de romper un récord: decidió aceptar el reto de lograrlo según los registros de Guinness. Esta nueva proeza se suma a la larga lista de marcas sorprendentes recogidas por la popular organización.
- Cómo surgió el reto
- El cobertizo que rompió récords
- Una mecánica de infarto
- ¿Qué le depara el futuro al proyecto?
Cómo surgió el reto
La chispa que encendió este proyecto surgió de los recuerdos del propio Cade mientras veía la mítica Record Breakers. Según relató el protagonista, "siempre tuve la idea de intentar batir un récord. Pensé: '¿Qué puedo hacer?' Soy constructor y me encantan los coches clásicos, así que vamos a combinar ambas cosas". Su experiencia en la construcción y el amor por los automóviles clásicos se dieron la mano para dar vida a esta original apuesta sobre ruedas.
La visión de Cade era tan disparatada como ambiciosa: dotar de potencia y velocidad a una caseta de jardín ordinaria y lograr así una hazaña memorable. El proyecto fue tomando forma hasta que su singular vehículo estuvo listo para desafiar cualquier expectativa y, sobre todo, para establecer una nueva marca mundial.
El cobertizo que rompió récords
Una vez ultimados los detalles, Cade presentó su sorprendente máquina ante el jurado pertinente para el intento oficial. La hazaña tuvo lugar en el histórico aeródromo de Elvington, en York, donde, bajo la mirada atenta de especialistas de Straightliners Motorsports, se registró una velocidad máxima de 198,65 km/h.
Esta marca logró destronar al anterior propietario del récord, el también británico Kevin Nicks, cuyo almacenamiento móvil motorizado había establecido la referencia anterior en el año 2019. La impresionante aceleración y estabilidad del cobertizo durante la prueba dejaron a más de uno boquiabierto.
Una mecánica de infarto
Detrás de la apariencia modesta de un cobertizo convencional, el proyecto de Cade esconde una estructura digna de la mejor ingeniería. La base del vehículo está formada por un chasis TVR, robusto y fiable, que alberga en su interior un potentísimo motor V8 de 4,5 litros. Todo ello se reviste de una carrocería de madera, cuidadosamente trabajada para asemejarse a un auténtico cobertizo de jardín.
Este contraste entre lo cotidiano y lo extraordinario convierte al vehículo en un auténtico prodigio. La combinación de tecnología automotriz y diseño clásico de cobertizo no solo llama la atención, sino que asegura una experiencia de manejo única a quien se atreva a pilotarlo.
¿Qué le depara el futuro al proyecto?
El viaje de este singular vehículo sobre ruedas apenas comienza, ya que Cade no piensa conformarse con el récord actual. Ha anunciado sus planes de seguir perfeccionando y mejorando la velocidad de su ingenio, convencido de que aún no ha alcanzado su máximo potencial.
Su objetivo inmediato es obtener el permiso para poder circular por la calle sin miedo a ser multado. De lograrlo, este cobertizo podría convertirse en una atracción sobre asfalto, combinando legalidad y velocidad con un toque de humor británico y mucha creatividad.