martes. 07.05.2024

Un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Cornell, Nueva York, ha demostrado que el jugo de tomate es capaz de eliminar una bacteria particular responsable de la fiebre tifoidea, una enfermedad tropical debilitante, además de otros microorganismos que pueden afectar la salud del tracto digestivo y urinario de las personas.

La Salmonella Typhi es un patógeno específico de los humanos que se transmite a menudo a través de los alimentos y que no solo causa todos los síntomas de una intoxicación alimentaria, sino también la potencialmente mortal fiebre tifoidea, la cual, a pesar de décadas de avances médicos, sigue siendo una preocupación importante para la salud pública en todo el mundo.

El equipo detrás de este descubrimiento se propuso identificar qué péptidos antimicrobianos presentes en el jugo de tomate lo hacen tan efectivo contra la Salmonella.

En primer lugar, comprobaron si el jugo de tomate realmente elimina la Salmonella Typhi y una vez confirmado que sí, el equipo examinó el genoma del tomate para encontrar los péptidos antimicrobianos involucrados.

El hallazgo más significativo es que el jugo de tomate es eficaz en la eliminación de la Salmonella Typhi, sus variantes hipervirulentas y otras bacterias que pueden afectar la salud del tracto digestivo y urinario de las personas.

En particular, el equipo identificó en su artículo recientemente publicado péptidos antimicrobianos que pueden eliminar estos patógenos al dañar la membrana bacteriana, una capa protectora que rodea al microorganismo y lo mantiene unido.

Quizás para respaldar este hallazgo, desde febrero de 2018, la FDA no ha registrado ningún caso de retiro de productos o advertencia de una importante empresa alimentaria debido a la contaminación por Salmonella que involucre tomates o jugo de tomate.

Los investigadores expresaron su esperanza de que, cuando el público conozca los resultados del estudio, quieran consumir más tomates, así como otras frutas y verduras.

Revelan que el zumo de tomate podría ser clave contra la fiebre tifoidea