jueves. 28.03.2024

Con mucho fútbol, poco gol y en ocasiones, sufrimiento, pero con la clasificación. Los de Luis Enrique cumplieron en mayor o menor medida con el objetivo marcado, ganar ambos partidos ante Grecia y Suecia. La Cartuja tenía ambiente de mundial y el equipo quería ofrecerle el espectáculo que merecía ese lleno absoluto en las gradas. Una selección de Luis Enrique que partía con Raúl de Tomás como único punta en el ataque en un clásico 4-3-3, dejando a Morata en el banquillo.

España comenzó el partido con su sello personal, tocando la bola y mareando al rival de lado a lado con el uso de la posesión, ante una Suecia que esperaba a los de Luis Enrique, como ya va siendo normal en los rivales de la selección. La primera ocasión clara llegaría en el minuto 9. Sarabia lanzó un buen zurdazo desde la frontal con rosca hacia el palo que se marchó por poco. España apretaba y Suecia defendía buscando la suya.

Gavi comenzaba con su recital particular con tres robos claves en contragolpes de los suecos, trayendo de cabeza a los mediocentros nórdicos. España probaba y no dejaba que Suecia creara mucho peligro, pero tampoco eran incisivos de cara a la portería visitante. El VAR no señaló un posible penalti sobre Laporte por agarrón y el público apretaba metido en el partido. El árbitro Brych estaba dejando seguir el juego, quizás demasiado, sobre todo cuando las faltas eran a favor de España y el público se iba caldeando, volviéndose un partido que no le conviene a la selección con muchas interrupciones.

La primera parte acabó con un susto de Suecia cuando la volea de Forsberg salió rozando el palo de Unai Simón. Mucho dominio de España, mucha presión tras pérdida, pero poco gol y peligro. En la segunda parte España tuvo algunos fallos y despistes que por suerte Isak no pudo llegar a aprovechar para adelantar a su selección. Suecia estaba creciendo claramente en el partido ante una España inofensiva. Los cambios no se hicieron esperar mucho y Morata entró por Raúl de Tomás en el 60.

El colegiado tampoco señaló la caída de Dani Olmo en el área, ganándose la enemistad del público algo enfadado. Por su parte Suecia seguía bombardeando la portería de Unai Simón de todas las maneras posibles, incluso de chilena, marchándose por encima del larguero. La primera amarilla llegó en el 77 en muestra de la pasividad del colegiado al pitar faltas. Morata comenzaba a aparecer, a falta de 12 minutos para el final mandó alto un balón muerto en el área, avisando de que él estaba en el campo.

Minutos más tarde llegaría lo que suponía un billete directo a Qatar con todos los gastos pagados. Dani Olmo se sacó de la manga un trallazo que impactó en el larguero tras el paradón de Olsen. Morata como no podía ser otro aprovechó el rechace con una definición de estrella, picando el balón por encima de Olsen que estaba batido en el suelo. La grada se volvió loca y explotó tras la tensión acumulada de todo el partido. Gavi se marchó ovacionado por la grada siendo este uno de los mejores partidos del jovencísimo jugador del Barcelona.

En el descuento la tubo Ibrahimovic para conseguir el gol del empate, pero la defensa salvó el centro con solvencia por arriba de cabeza a un córner que no tuvo peligro. La selección supo sufir y aguantar cuando tenía que defender el aluvió de ocasiones. Finalmente, salió el sol en Sevilla, la clasificación al Mundial de Qatar ya estaba en el bolsillo de Luis Enrique, en un partido más sufrido, tenso y duro, que vistoso.