miércoles. 24.04.2024

 

Con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, son muchas las familias que aprovechan los días de finales de noviembre y principios de enero para definir cómo será la noche más especial de año. Desde la decoración al menú, los previsores salen ganando al evitar agobios de última hora y precios desorbitados. Quienes tienen el papel de ser los anfitriones hacen un esfuerzo por conseguir un hogar acogedor esos 24 y 25 de diciembre y la mesa es uno de los temas que más debate generan.  ¿Cómo decorarla? ¿Qué es imprescindible? ¿Alguna tendencia apetecible? La  experta en Protocolo, gastronomía y organizadora de eventos Gemma González Events explica que no es tan difícil acertar. "La Navidad es la fiesta más importante del año, con nuestras familias, cuando nos reunimos todos. Es un día muy grande, probablemente el más grande del año, por lo que, igual que nos ponemos nuestras mejores galas, la mesa debe lucir igual".

 

Lo primero que debe quedar claro es que no es una cuestión de economía, todos pueden poner una mesa perfecta sin necesidad de gastar, se puede apostar por elementos vintage o heredados. El mantel es el punto de partida: "recomiendo siempre utilizar un buen mantel, aunque ahora está de moda usar individuales y poner el plato directamente sobre la mesa, para Navidad nunca lo recomendaría. Mejor un mantel de género bueno, de lino, algodón grueso, que esté muy bien planchado, que tenga un largo suficiente para que cubra bastante y tenga una buena caída", indica Gemma.

 

El menaje

 

En cuanto al menaje, debe ser el mejor que tengamos. Los cubiertos, siempre con coherencia, recuerda: "Si vamos a tener un entrante con pescado, ponemos el tenedor de pescado y la pala de pescado y si, a continuación vamos a tener algo de carne, utilizamos el cuchillo trinchante y el tenedor de carne. Disponerlo todo en función del menú, igual que las copas. Si va a haber vino tinto y vino blanco no poner solo una copa con la de agua, que es como haríamos habitualmente, sino poner todas las copas. Es decir, vestir la mesa de máxima gala". A esto hay que sumarle una decoración especial para la ocasión que, en palabras de Gemma, debe ser medida, no caer en excesos. "Es bonito que haya armonía en colores. El 'menos es más' aquí se aplica y le va muy bien. Sobre todo, incluir velas que den calidez y que no sean aromáticas, para no desvirtuar el aroma de la comida. Recuperar del historial familiar, si lo tenemos, los platitos de pan o una jarra de tapón de plata", aconseja.

 

Todos los miembros participan

 

La preparación de la mesa de Navidad perfecta también supone implicar a todos los miembros de la familia, contagiarlos de la alegría de esta fecha. "Lo que es bonito, como preparativo de Navidad, es incluir a los miembros de la familia, para que participen en esa velada. ¿Cómo hacerlo? Si hay niños en casa, se distribuyen las tareas. Encargar que los más pequeños elaboren tarjetas escribiendo los nombres de abuelos, tíos, primos... todos los que se vayan a sentar a la mesa, como si fuera un marcasitios decorado para construir la ubicación. El abuelo puede limpiar los cubiertos de plata un domingo, la abuela puede rescatar algún elemento de menaje antiguo de cuando se casó (un jarrón, una salsera) que luego nosotros llenaremos de flores; algo que sea reciclado y sostenible y que tenga el valor sentimental suficiente para que nos acompañe en la mesa", matiza.

 

Decoración natural

 

Entre esas recomendaciones decorativas, Gemma González está a favor de introducir elementos históricos y domésticos con valor para la familia y combinarlos con elementos naturales (manteles, servilletas, que sean de género de lino, de algodón, de yute). "Nada de sintéticos, licras o tejidos brillantes", advierte. Escoger bien es la clave para triunfar: "se debe intentar decorar con poco, pero utilizando el producto de temporada. Es muy elegante decorar con algunos vegetales o con frutas (manzanas rojas entre las velas, con un poco de ramaje verde. También podemos poner uvas o hacer un centro con la sopera vieja de abuela añadiendo alcachofas). Hecho con gusto y sin mezclar demasiados elementos, solo uno o dos distintos e integrados con el color del mantel, puede quedar muy sofisticado y además es más sostenible que comprar en un bazar una corona industrial para poner en medio de la mesa", explica.

El perfecto anfitrión

 

Además, Gemma González Events recuerda que un anfitrión inexperto debe aplicar tres premisas.

 

  1. "Una buena organización con mucha antelación. Hacer una buena planificación y decidir qué va a servir, el menú y todo aquello que se pueda comprar, envasado o congelado tenerlo con 15 días o un mes de antelación. Dejar encargado todo lo que se va a necesitar fresco". 

 

  1. "No complicarnos la vida con platos que nos vayan a obligar a estar todo el tiempo en la cocina en lugar de estar acompañando a nuestros invitados en la mesa. Buen producto y una elaboración muy simple. No seamos esclavos de la cocina por querernos lucir ese día. O se prepara con antelación o debe ser de elaboración sencilla".

 

  1. "Entender la diferencia entre un hogar vivido y un hogar desordenado. Nuestra casa no es un museo, no debemos retirar de la vista de los invitados aquellas cosas que forman parte de nuestro día a día. Si estás haciendo un puzzle o tienes una labor en marcha puedes tenerlo a la vista. No hemos de rompernos la cabeza recogiendo, ordenando y dejando todo impoluto, como si entrásemos en un hotel. Todos los que van son personas que nos quieren, nos conocen y saben cómo es nuestra casa. Otra cosa es un hogar desordenado: pongamos bien los cojines del sofá, no tengamos zapatos en cualquier parte, retiremos periódicos antiguos, pongamos una vela en el cuarto de baño, recojamos los enseres personales, pongamos una toalla nueva. Dejemos todo pulido y presentable, pero sin agobiarnos, porque entonces se convierte en una tortura algo tan bonito como reunir a los nuestros".

 

 

Por último, la experta recuerda que la comida también decora. "Hemos de vigilar en casa variar desde un punto de vista cromático y de texturas. Es decir, si servimos una crema de puerro, hemos de intentar que el segundo incluya un punto crujiente y el cambio de colores, esa variedad de colores y de texturas en boca", recomienda. Y concluye haciendo apelando a un apoyo al comercio local, el emprendimiento y la sostenibilidad: "A veces nos apetece renovar, tener cosas nuevas. Hacer uso de esas servilletas bordadas a mano que hace una amiga, ese mercadillo o showroom de confianza en el barrio, ese familiar que vende platos que pinta a mano. Debemos intentar echar mano de aquellas cosas de elaboración artesanal que no tienen grandes comercios, pero que son más especiales. Apoyar a esos emprendedores de producción local. Siempre recordaremos a quién se lo compramos y siempre encontraremos algo original".

 

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Sobre Gemma González Events: Especialista en Protocolo y Organización de Eventos desde hace más de diez años, completó su formación con el Postgrado Universitario de la Escuela Diplomática de Madrid. Miembro de la Associació Catalana de Protocol i Relacions Institucionals, ACPRI, ha formado parte de la Junta Directiva desde enero de 2010 hasta abril de 2017. También es profesora de Protocolo Social en la escuela Atelier, de Andrea Vilallonga, y en la EIP (Escuela Internacional de Protocolo) y diplomada por la Escuela Hofmann, al mismo tiempo que experta en gastronomía.

 

Aprende a poner la mesa perfecta esta Navidad