lunes. 29.04.2024

 

Ese deporte es la esgrima, y a pesar de que el Club de Esgrima Tsavora a veces tiene dificultades para mantenerse bien provisto del equipo necesario, Africa News informa de que está teniendo un enorme impacto en la comunidad, manteniendo ocupados a los adolescentes y enviando a algunos de ellos al equipo nacional.

Los miembros del club celebran habitualmente combates en la calle, donde crean una escena dramática con sus uniformes blancos como la nieve sobre el suelo rojizo.

El club fue fundado por Mburu Wanyoike, un antiguo gángster reconvertido en atleta y entrenador del equipo nacional de esgrima de Kenia.

Tanto Jemimah Njeri, de 17 años, como Allen Grace, de 16, se hacen eco de los mismos sentimientos que Wanyoike sobre la importancia del Tsavora en sus vidas: les mantiene ocupados y les consume las horas que pasan fuera de la escuela y las tareas domésticas.

Njeri dice que la compañía que tenía en su casa antes de unirse al club de esgrima no era muy buena, mientras que Grace afirma que, desde que se unió, ha visto cómo varias adolescentes de su calle se convertían en madres.

Wanyoike afirmó que utilizan su "entusiasmo y obsesión" para compensar la falta de equipos de alta calidad, especialmente cuando compiten con otras naciones, como en la fase de clasificación olímpica africana celebrada este año en Argelia.

"A veces es difícil competir con países internacionales bien equipados y organizados, así que lo que hacemos es seguir adelante con entusiasmo y obsesión", declaró a Africa News.


"No nos quejamos de no tener equipamiento, simplemente utilizamos lo que tenemos y ponemos la obsesión y el entusiasmo y la pasión combinados, eso es lo que hacemos, esgrimir".

El Club de Esgrima Tsavora tiene un programa de mentores llamado Mtaani, que ofrece formación y orientación sobre cómo cultivar virtudes como la integridad y la disciplina. Sus 45 miembros son ahora faros dentro de su comunidad.

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